Hoy en mi sección sobre Leyendas Urbanas : Mito o Realidad trataremos
de analizar la veracidad sobre si los servicios de donación de sangre (hemodonación)
venden nuestra sangre al mejor postor para sacar pingües beneficios.
He escuchado de varias personas, y a lo largo de algún tiempo ya,
críticas a la venta de sangre (y órganos?) por parte de entidades como la Cruz
Roja como justificación para no donar sangre. Venden mi sangre, se forran a
costa de donaciones voluntarias, todo es dinero...
Pasaremos por alto el hecho de que
estas personas pueden fácilmente acercarse a un hospital o a un centro público
de salud a donar su sangre sin tener que
pasar por intermediarios vampíricos. O que es más fácil decir que te dan
miedo las agujas…en fin.
La respuesta no es sencilla, en principio y siguiendo la
interpretación de nuestro Tribunal Constitucional (stc: 22/2012 de 16 de febrero): se trata de un servicio con carácter
no lucrativo que “responde a lo establecido en la Directiva 2004/23/CE y que dicho
principio aparece también recogido, entre otras, en la Ley 30/1979, de 27 de
octubre, sobre extracción y trasplante de órganos y en el Real Decreto
1088/2005, de 16 de septiembre, sobre hemodonación, centros y servicios de
transfusión”.
Al tratarse de una competencia
transferida, son las CCAA las que regulan estos servicios, pero siempre
acogiéndose al principio anterior. En este sentido he encontrado un artículo
muy esclarecedor en la Comunidad Gallega (decreto 100/2005, de 21 de abril, por el que
se regula la hemodonación y hemoterapia):
[…] repercutirá a los hospitales los gastos imputables a
la extracción, procesamiento y conservación de la sangre y sus derivados. Los
ingresos derivados de las actividades propias del Centro de Transfusión […] estarán
exclusivamente vinculados a la satisfacción de sus costes y al cumplimento de
sus fines.
¿Entonces la Cruz Roja vende mi sangre? Creo que razonablemente podríamos
entender que la contraprestación que recibe, como cualquier otra entidad que
pudiera desarrollar este servicio es para sufragar los costes del mismo.
Tampoco he sido capaz de encontrar una fuente fiable en la que se sostenga lo
contrario o que se defienda de forma fehaciente las conductas vampíricas que
muchos alegan. La Cruz Roja además tiene el plus positivo de su gran capacidad
de movilización y medios para conseguir donaciones.
De otras fuentes
(fiables en función del valor que cada uno le dé) he obtenido un posible
desglose superficial de los gastos del servicio por analogía a los EEUU: El
personal implica la mitad del coste, el coste de los análisis suma 25% y el
restante 25% se deriva de costes administrativos como alquiler de locales,
autobuses, proveedores…
Según la misma fuente el coste varía de unos lugares a otros, al
menos en EEUU, dependiendo de los costes laborales sobretodo. También añadir
que el coste del servicio y por tanto de la sangre, puede subir o bajar en
función de los cambios en los requisitos de seguridad y conservación impuestos
por las administraciones públicas.
Asique, ahí queda eso, yo seguiré donando mi sangre de forma solidaria para salvar vidas en unidades de la Cruz Roja, en Hospitales o allí donde me pille a mano.
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